jueves, 3 de marzo de 2011

SACRAMENTO DE LA PENITENCIA

Éste sacramento recibe también el nombre de RECONCILIACIÓN O CONFESIÓN.
Nos devuelve la vida divina perdida por el pecado.

La confesión individual e íntegra de los pecados graves seguida de la absolución es el único medio ordinario para la reconciliación con Dios y con la Iglesia.

Los efectos espirituales de este acramento son:

La reconciliación con Dios por la que el penitente recupera la gracia;
La reconciliación con la Iglesia;
La remisión de la pena eterna contraída por los pecados mortales;
La remisión, al menos en parte, de las penas temporales, consecuencia del pecado;
La paz y la serenidad de la conciencia, y el consuelo espiritual
El acrecentamiento de las fuerzas espirituales para el combate cristiano.

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